jueves, 2 de julio de 2009

volcanes




Volcán

Un volcán constituye el único conducto que pone en comunicación directa la superficie terrestre con los niveles profundos de la corteza terrestre. La palabra volcán se derivó del nombre del dios mitológico Vulcano.

Este el único medio para observar y estudiar los materiales líticos de origen magmático, que representan el 80 por ciento de la corteza sólida. En la profundidad del manto terrestre, el magma bajo presión asciende, creando cámaras magmáticas dentro o por debajo de la corteza. Las grietas en las rocas de la corteza proporcionan una salida para la intensa presión, y tiene lugar la erupción. Vapor de agua, humo, gases, cenizas, rocas y lava son lanzados a la atmósfera.

Un volcán, en esencia, es un aparato geológico, comunicante temporal o permanentemente entre el manto y la superficie terrestre. Un volcán es también una estructura geológica, por la cual emergen el magma (roca fundida) y los gases del interior de un planeta. El ascenso ocurre generalmente en episodios de actividad violenta denominados «erupciones». Al acumularse el material arrastrado desde el interior se forma una estructura cónica en la superficie que puede alcanzar una altura variable desde unas centenas de metros hasta varios kilómetros. El conducto que comunica el reservorio de magma o cámara magmática en profundidad con la superficie se denomina chimenea. Esta termina en la cima del edificio volcánico, el cual está rematado por una depresión o cráter.

Algunos volcanes después de sufrir erupciones grandes, se colapsan formando enormes depresiones en sus cimas que superan el kilómetro de diámetro. Estas estructuras reciben el nombre de calderas.

La viscosidad (fluidez) de las lavas arrojadas por volcanes depende de su composición química. Así, las lavas más fluidas, o de «tipo hawaiano», tienen composiciones ricas en hierro y magnesio y tienen un índice bajo de sílice. Cuando emergen por la chimenea se almacenan en el cráter o caldera hasta desbordarse, formándose ríos de magma que pueden fluir distancias de varias decenas de kilómetros.

Las lavas más viscosas tienen un alto contenido en sílice y vapor de agua. Dado que fluyen pobremente, forman un tapón en la chimenea que da lugar a erupciones explosivas, aumentando el tamaño del cráter. En casos extremos pueden destruir completamente el cono volcánico como sucedió durante la erupción del Monte Santa Helena, en el estado de Washington, (Estados Unidos) en 1980.

La lava no erupciona siempre desde una chimenea central; puede abrirse camino también a través de aberturas en los flancos del volcán. Si estas erupciones son continuas pueden dar lugar a lo que se conoce como cono parásito. El volcán Etna, en Sicilia (Italia), posee más de 200 de estos conos parásitos y algunos de ellos sólo expulsan gases. Estos últimos se llaman fumarolas.

Por lo general, los volcanes están asociados a los límites de placas tectónicas, aunque hay excepciones como el vulcanismo de puntos calientes o hot spots ubicados en el interior de placas tectónicas, tal como es el caso de las islas Hawaii; esta teoría es barajada también para explicar el origen del Archipiélago Canario.

Los geólogos han clasificado los volcanes en tres categorías: volcanes en escudo, conos de cenizas y conos compuestos (también conocidos como estratovolcanes).

Un volcán de suma importancia fue el Paricutín, en el estado de Michoacán, México, aunque no es de grandes dimensiones, su importancia radica en lo que aportó a la vulcanología (1940s-50s) ya que pudo ser estudiado por Gerardo Murillo, el "Dr Atl" desde su nacimiento hasta su muerte (durando su vida cerca de una década).

Volcanes extraterrestres

La Tierra no es el único planeta del Sistema Solar que tiene actividad volcánica. Venus tiene un intenso vulcanismo con unos 500.000 volcanes. Marte tiene la cumbre más alta del sistema solar: el Monte Olimpo, un volcán dado por apagado con una base de unos 600 km. y más de 27 km. de altura. La Luna está cubierta de inmensos campos de basalto.

También existen volcanes sobre algunos satélites de Júpiter y Neptuno: en concreto, en Ío y Tritón. La sonda Voyager 1 permitió fotografiar en marzo de 1979 una erupción en Ío, mientras que la Voyager 2 descubrió en agosto de 1989, sobre Tritón, rastros de criovulcanismo y géiseres. Se conocen también criovolcanes en Encélado. Los astrofísicos estudian los datos de esta cosecha fantástica que extiende el campo de estudio de la vulcanología. El conocimiento del fenómeno tal como se produce sobre la Tierra pasa en adelante por su estudio en el espacio. La composición química de los volcanes varía considerablemente entre los planetas y los satélites y el tipo de materiales arrojados es muy diferente de los emitidos en la Tierra (azufre, hielo de nitrógeno, etc).





viernes, 26 de junio de 2009

ninfas


Adrastea.

Para otros usos de este término, véase Adrastea.

En la mitología griega Adrastea (en griego antiguo Άδράστεια Adrasteia) era una ninfa cretense, hija de Meliseo, a quien Rea confió al infante Zeus para que lo protegiese de su padre Crono y lo criase en la cueva Dictea. En esta tarea Adrastea fue asistida por su hermana Ida y por los Curetes, a quienes los antiguos investigadores consideraban sus hermanos y que evitaban que Crono oyese al niño golpeando sus espadas contra sus escudos, ahogando así el sonido de su llanto.

Adrastea e Ida alimentaron a Zeus con la leche de Amaltea. Apolonio Rodio cuenta que Adrastea dio al infante Zeus una hermosa esfera (σφαιρα) para que jugase, y en algunas monedas cretenses se representa a Zeus sentado sobre ella.

Adrastea es también un epíteto aplicado a Némesis, que algunos escritores consideraban derivado de Adrasto, quien se decía que construyó el primer santuario de Némesis en el río Asopo, y otros del verbo διδράσκειν, según lo que cual significaría que nadie podía escapar de la diosa.
En la mitología griega se le llama alseides a las ninfas que habitan las flores. Habitando las cañadas y arboledas acostumbraban a asustar a los viajeros que pasaban por sus dominios.

Según la leyenda Alseide, la más hermosa de las ninfas, protegió a un campo de amapolas de la furia y los rayos de Zeus. Luego, un arrepentido dios olímpico, al ver su valor y deseo de custodiar las flores premió a la ninfa, dándole este campo por siempre.

Esta ninfa se ve implicada en los misterios eleusinos.

Dríade.

En la mitología griega, las Dríades (en griego antiguo Δρυάδες druádes, de δρῦς drũs, ‘roble’) son las ninfas de los robles en particular y de los árboles en general.

Surgieron de un árbol llamado «Árbol de las Hespérides». Algunas de ellas iban al Jardín de las Hespérides para proteger las manzanas de oro que en él había. Las dríades no son inmortales, pero pueden vivir mucho tiempo. Entre las más conocidas se encuentra notablemente Eurídice, la mujer de Orfeo.

La tradición tardía distingue entre Dríades y Hamadríades, considerándose las segundas asociadas específicamente a un árbol, mientras las primeras erraban libremente por los bosques.

ninfa


Las Ninfas

Las ninfas son espíritus femeninos asociados a la naturaleza en la mitología clásica. Están relacionadas con la fecundidad y la vida. Son hermosas jóvenes que, a menudo, forman parte de los cortejos de dioses como Pan, Dionisio o Artemisa. Según algunas versiones son, todas ellas, hijas de Zeus. Sin embargo, otros autores consideran que descienden de otros personajes.

Hay ninfas en los océanos, los ríos, los lagos, las fuentes, los bosques, las montañas, las cuevas... Suelen ser consideradas deidades benévolas y protectoras.

Cada grupo se llama de modo distinto en función del lugar que habitan:

las náyades son las ninfas de los ríos y fuentes, pueden profetizar y curar;
las dríades y las hamadríades son las protectoras de los bosques, su vida está ligada a un árbol;
las oceánidas son unas tres mil, se las considera hijas del Océano y de Tetis, son las ninfas del mar;
también son ninfas del mar las nereidas, hijas de Nereo y Doris, protegen a los marineros;
las oréades viven en la soledad de las montañas;
las antríades viven en cuevas;
las permélides protegen al ganado;
las limónides habitan los prados...

Para otros usos de este término, véase Ninfa (desambiguación).

Ninfas y sátiro de William Adolphe Bouguereau (1873)

En la mitología griega, una ninfa es cualquier miembro de un gran grupo de espíritus femeninos de la naturaleza, a veces unidos a un lugar u orografía particular. Las ninfas solían acompañar a varios dioses y diosas, y eran con frecuencia el objetivo de sátiros lujuriosos.

Las ninfas son las personificaciones de las actividades creativas y alentadoras de la naturaleza. La palabra griega νύμφη significa ‘novia’ y ‘velado’ entre otras cosas; es decir, una mujer casada y, en general, una en edad casadera. Otros hacen referencia a esta palabra (y también a la latina nubere y a la alemana Knospe) como una raíz que expresa la idea de ‘crecer’ (según Hesiquio de Alejandría, uno de los significados de νύμφη es ‘capullo de rosa’). El hogar de las ninfas está en las montañas y arboledas, en los manantiales y ríos, en los valles y las frías grutas. Con frecuencia son el séquito de divinidades superiores: de Artemisa la cazadora, de Apolo el profeta, del juerguista y dios de los árboles Dioniso, y también de dioses rústicos como Pan y Hermes, dios de los pastores.

jueves, 25 de junio de 2009